A la primera llamó "Paloma", a la segunda "Canela", y a la tercera "Sombra para los párpados".
El santo Job en su paciencia inmensa
el paciente Francisco sentado entre las bestias
el buda complaciente absorto en perspectiva
la fiera pacientísima inmóvil y taimada
la estrella de Casiel el séptimo emisario
pacientemente quieta en el cielo del sábado
un infinito mundo de esférica paciencia
sostenido por sí gregoriano y armónico
…//…
Sólo el hombre impaciente
aguarda lo que sabe no ha de venir
sobre el polvo del suelo deja escrito su nombre.
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