jueves, 20 de octubre de 2011

Recuerdo haberte visto en un museo


Recuerdo haberte visto con ojos de gaviota
como quien mira un cuadro tras otro en un museo
y ríe con palabras que tienen vida propia
los pasos que se cruzan deforman un camino
así cuando miramos se inventa un horizonte
un idioma una línea distante y nebulosa
el tránsito es ligero el rumbo distraído.

Una mano de nieve enferma

Una mano de nieve debajo de la sábana
se despierta con hambre de recoger manzanas
bosteza como un ave que despliega las alas
y sueña continentes y risas en la espalda
por eso quien enferma viaja mucho se cansa
la piel emocionada protesta y le traspasa
hasta que se convierte en carne de pijama
las noches del enfermo comienzan con el alba.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Égloga



Dime aquel viejo canto, dulce Erato 
Fernando de Villena

Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos
a quien los antiguos pusieron nombre de dorados
Quijote, 1, XI

República voraz de los jardines,
húmedo asiento donde alzar las flores,
cambiada tu extensión en miradores
lucidos de guirnaldas y jazmines,
detenga el sol su paso en los colores,
perfecto y enmarcado en tus confines.
En este raro cuadro de belleza
concentre su atención naturaleza.

Las aguas reposadas de este río,
este árbol que apenas tiembla al viento,
esta dulce quietud del movimiento,
las gotas invisibles del rocío,
esta paz infinita del momento,
sirvan todas de fondo al llanto mío.
Rebusque en el silencio mi memoria
y dé comienzo pronto con la historia.

Este aspecto salvaje que os ofrezco
no era en otro tiempo el que solía.
Si vine a contemplar la ruina mía,
no hay duda, sin disculpa lo merezco.
No habrá queja ninguna si algún día
fantasma entre la niebla os aparezco.
Solo soy responsable de mi obra,
nada tengo de más, nada me sobra.

Tocado con la miel de la fortuna,
dotado de ventajas y favores,
sentado en el festín de los señores,
ajeno de la suerte inoportuna,
no supe de amenazas ni temores;
ni tuve que sufrir, ni faltó cuna.
Todo el mundo a mi paso se decía
cuánto tiempo mi nombre quedaría.

Ningún hombre por siempre está contento
ni duerme en dulce cama de por vida.
Ved mi caso, juzgad si es merecida
mi fiebre, mi penar, mi sufrimiento.
He dado ya mi causa por perdida,
llegué de la ambición al esperpento.
El hombre poderoso que yo era,
mendiga el alimento de la fiera.

De las altas esferas vine al suelo,
la hierba que me sirve de camastro,
fue lecho en otro tiempo de alabastro.
Riquezas y blasón fueron señuelo;
las alas destrozadas junto al astro
apenas hoy levantan triste el vuelo.
Soy viejo e infeliz, la fama es corta,
ni la echo de menos ni me importa.

En fin, por qué seguir con un relato
de sobra conocido bien por todos,
de estrofa repetida, iguales modos.
Bastó esbozar las líneas del retrato,
los trazos, el color, el esfumato.
Olvídense los nombres, los apodos.
Mi cuerpo lastimero es el ejemplo
en la cárcel preciosa de este templo.

A los que me escucháis en la espesura,
pacientes compañeros de estos prados,
dejad que me abandone a mis recados
que prueben estas peñas mi locura.
¡Mantenga el corazón su compostura,
allá los pensamientos elevados!
Dejadme que eternice los minutos
pendiente de las flores y los frutos.


DRAE - Ripio: Palabra o frase inútil o superflua que se emplea viciosamente con el solo objeto de completar el verso, o de darle la consonancia o asonancia requerida.
etimologias.dechile.net - El ripio es el residuo de algo, es decir poca cosa ya, aunque puede servir de relleno.