miércoles, 5 de octubre de 2011

Égloga



Dime aquel viejo canto, dulce Erato 
Fernando de Villena

Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos
a quien los antiguos pusieron nombre de dorados
Quijote, 1, XI

República voraz de los jardines,
húmedo asiento donde alzar las flores,
cambiada tu extensión en miradores
lucidos de guirnaldas y jazmines,
detenga el sol su paso en los colores,
perfecto y enmarcado en tus confines.
En este raro cuadro de belleza
concentre su atención naturaleza.

Las aguas reposadas de este río,
este árbol que apenas tiembla al viento,
esta dulce quietud del movimiento,
las gotas invisibles del rocío,
esta paz infinita del momento,
sirvan todas de fondo al llanto mío.
Rebusque en el silencio mi memoria
y dé comienzo pronto con la historia.

Este aspecto salvaje que os ofrezco
no era en otro tiempo el que solía.
Si vine a contemplar la ruina mía,
no hay duda, sin disculpa lo merezco.
No habrá queja ninguna si algún día
fantasma entre la niebla os aparezco.
Solo soy responsable de mi obra,
nada tengo de más, nada me sobra.

Tocado con la miel de la fortuna,
dotado de ventajas y favores,
sentado en el festín de los señores,
ajeno de la suerte inoportuna,
no supe de amenazas ni temores;
ni tuve que sufrir, ni faltó cuna.
Todo el mundo a mi paso se decía
cuánto tiempo mi nombre quedaría.

Ningún hombre por siempre está contento
ni duerme en dulce cama de por vida.
Ved mi caso, juzgad si es merecida
mi fiebre, mi penar, mi sufrimiento.
He dado ya mi causa por perdida,
llegué de la ambición al esperpento.
El hombre poderoso que yo era,
mendiga el alimento de la fiera.

De las altas esferas vine al suelo,
la hierba que me sirve de camastro,
fue lecho en otro tiempo de alabastro.
Riquezas y blasón fueron señuelo;
las alas destrozadas junto al astro
apenas hoy levantan triste el vuelo.
Soy viejo e infeliz, la fama es corta,
ni la echo de menos ni me importa.

En fin, por qué seguir con un relato
de sobra conocido bien por todos,
de estrofa repetida, iguales modos.
Bastó esbozar las líneas del retrato,
los trazos, el color, el esfumato.
Olvídense los nombres, los apodos.
Mi cuerpo lastimero es el ejemplo
en la cárcel preciosa de este templo.

A los que me escucháis en la espesura,
pacientes compañeros de estos prados,
dejad que me abandone a mis recados
que prueben estas peñas mi locura.
¡Mantenga el corazón su compostura,
allá los pensamientos elevados!
Dejadme que eternice los minutos
pendiente de las flores y los frutos.


DRAE - Ripio: Palabra o frase inútil o superflua que se emplea viciosamente con el solo objeto de completar el verso, o de darle la consonancia o asonancia requerida.
etimologias.dechile.net - El ripio es el residuo de algo, es decir poca cosa ya, aunque puede servir de relleno.

6 comentarios:

  1. glubs! ahora no sé si llevarte la contraria en el facebook.... miedo me das!
    En serio, me das mucha envidia! crear poesia es una pasada, con tu permiso yo me quedaré escuchandote en la espesura

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  2. Gustavo Soppelsa8 de junio de 2013, 5:30

    Suena muy bien esa figura: "República voraz de los jardines". Da un toque de rara continuidad estética de Quevedo a Neruda.

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  3. Me asombran tu versos donde se unen imágenes y pensamientos

    "La fama es corta, ni la echo de menos ni me importa"

    Felicitaciones Baltasar!!!!

    Nora Cati

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  4. Bendita vanidad ajena que nos permite descubrir estos versos! Felicidades Baltasar! Estoy aún conmocionada.. Gracias

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  5. Caramba, me siento gratamente halagado y mi vanidad más que satisfecha. Aún yo mismo me sorprendo de que me salieran algunas de las imágenes y versos del poema.

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  6. ¿Ves? He aquí el nacimiento de un clásico. Yo, desde ahora, no voy a regar más sin decir -inevitablemente: "Reclámame la sed impertinente/de la república voraz del jardín mío/ y munido de cántaros y azada,/voy do faze Baltasar del verso un nido."

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