viernes, 30 de octubre de 2015
martes, 27 de octubre de 2015
Laberinto
Podría
perderme en el mar proceloso y atlántico
en el viento que ondea la hierba y los campanarios
podría perderme en la mueca de un retrato indescifrable
en las ondulaciones del terreno infinitas y suaves
podría perderme en el objeto de un poema
en el ritmo las pausas la palabra el silencio
podría perderme en mi propio desvarío
en el sueño comienzo locura imposible de nuevo
pero vuelvo al mismo sitio catatónico y absurdo
donde Séneca escribe sentencias y testamentos.
Borges - El ideal es el laberinto psicológico: el fundado (digamos) en la creciente divergencia de dos caminos que el explorador, o la víctima, supone paralelos.
en el viento que ondea la hierba y los campanarios
podría perderme en la mueca de un retrato indescifrable
en las ondulaciones del terreno infinitas y suaves
podría perderme en el objeto de un poema
en el ritmo las pausas la palabra el silencio
podría perderme en mi propio desvarío
en el sueño comienzo locura imposible de nuevo
pero vuelvo al mismo sitio catatónico y absurdo
donde Séneca escribe sentencias y testamentos.
Borges - El ideal es el laberinto psicológico: el fundado (digamos) en la creciente divergencia de dos caminos que el explorador, o la víctima, supone paralelos.
Jóvenes
El camino de
las tres en punto de la tarde
los días de sol bajo los plátanos
contando las pisadas
charlando en amistosa compañía
cuando no sabíamos hacia dónde
y apenas nos amábamos
sólo por ser cada uno
el otro que crecía a nuestro lado
y siempre había algo que nos hacía
reír o llorar.
los días de sol bajo los plátanos
contando las pisadas
charlando en amistosa compañía
cuando no sabíamos hacia dónde
y apenas nos amábamos
sólo por ser cada uno
el otro que crecía a nuestro lado
y siempre había algo que nos hacía
reír o llorar.
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