Las bestias pensaban que era cuestión de fuerza, así que se dotaron
de cuernos y corazas, de garras y colmillos para el cuerpo a cuerpo.
El hombre, mientras tanto, se escondió y urdió un plan. Las bestias
viven al sol, y mueren jóvenes. El hombre vive en la oscuridad de
una cueva, y muere viejo. Él espera. Ellas no saben del paso del tiempo.
Caravaggio San Jerónimo escribiendo, 1605 |
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