domingo, 22 de diciembre de 2019
martes, 15 de octubre de 2019
El ruido
Que vengan las voces todas
que vengan los ruidos de los motores
que rompan los aviones
la barrera del sonido
que rujan los animales de la selva
que chillen las bestias los ganados
las aves cotorras de muchos colores
que venga interminable la caravana
de las personas ruidosas
que no cesen de hablar de discutir
de alzarse la voz hasta que el cielo nuble
hasta que apague el trueno de la tormenta
la voz de las cataratas
la voz del juicio final
la última voz de las voces todas
que vengan que digan que pasen
que marchen
cuando el mundo vuelva a la calma arcoíris
al prado atardecer
al amoroso gorjeo de los árboles
que llegue tu silencio y lo llene todo
para que suene mi voz
con claridad nocturna
en el anhelo oculto
del poema.
que vengan los ruidos de los motores
que rompan los aviones
la barrera del sonido
que rujan los animales de la selva
que chillen las bestias los ganados
las aves cotorras de muchos colores
que venga interminable la caravana
de las personas ruidosas
que no cesen de hablar de discutir
de alzarse la voz hasta que el cielo nuble
hasta que apague el trueno de la tormenta
la voz de las cataratas
la voz del juicio final
la última voz de las voces todas
que vengan que digan que pasen
que marchen
cuando el mundo vuelva a la calma arcoíris
al prado atardecer
al amoroso gorjeo de los árboles
que llegue tu silencio y lo llene todo
para que suene mi voz
con claridad nocturna
en el anhelo oculto
del poema.
Georges Grosz Metrópolis, 1916-17 |
martes, 17 de septiembre de 2019
Cielo y campo
Cada vez que te miro
cielo azul las mañanas
con la luz que te brilla
en medio de la frente
siento que
aún lejano
eres tú quien aventa
la hierba de esta tierra
que me crece
siento el abrazo cálido
del aire que respiras
envolverme las plantas
siento una primavera
despertando en las venas
de mis ríos subterráneos
y siento oh terrible
en mis espaldas
el frío de la noche
cuando otra vez te marchas
a otras tierras
a otras gentes
Qué ilusión las ventanas
abiertas de mi campo
cuando el alba me vuelves
todo sur
cielo madre
cielo esposa
y qué silencio sin término
la noche de tu espera.
cielo azul las mañanas
con la luz que te brilla
en medio de la frente
siento que
aún lejano
eres tú quien aventa
la hierba de esta tierra
que me crece
siento el abrazo cálido
del aire que respiras
envolverme las plantas
siento una primavera
despertando en las venas
de mis ríos subterráneos
y siento oh terrible
en mis espaldas
el frío de la noche
cuando otra vez te marchas
a otras tierras
a otras gentes
Qué ilusión las ventanas
abiertas de mi campo
cuando el alba me vuelves
todo sur
cielo madre
cielo esposa
y qué silencio sin término
la noche de tu espera.
Gyula Zorkóczy Paisaje de verano, 1915 |
jueves, 28 de marzo de 2019
jueves, 21 de marzo de 2019
lunes, 25 de febrero de 2019
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