jueves, 25 de junio de 2015

El suicida tranquilo

El suicida se levanta y desayuna apenas sin muchas ganas. No quiere compañía, pero no la rechaza si alguien lo busca. No tiene ganas de comer, pero aprecia una buena comida, comprende que puede ser la última ocasión en que la pruebe. Ninguna preocupación es tan importante que no pueda terminar en el momento que lo desee. A diferencia de los demás, todo depende de él, todo está en su mano, él es el único responsable de que todo siga o se termine para siempre. Sabe que morir es sencillo, está decidido, y sólo es cuestión de elegir el momento. No sabe cuándo sucederá, podría ser ahora mismo, quizá mañana, quizá nunca, así que camina, conversa y observa tranquilamente como si todo fuera por primera y última vez.



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