martes, 11 de julio de 2017

La huida

Así que llegan y se sientan a tu lado
como si no les importara en absoluto que uno esté solo con sus cosas
con el sonido lejano de la ciudad
y los pájaros de la mañana
y hablan junto a ti chillando
como si hicieran falta testigos de sus pequeñas conversaciones
como si ellos mismos no supieran estar solos
escuchar lo que sólo se escucha cuando uno calla.

Cuida de no ser el extraño que se aleja a la vista de todos
podrían pensar que tu rareza es enfermiza
una muestra imperdonable de soberbia
o peor
con sus chillidos de ave rapaz
de monos de culo rosa
podrían obligarte a volver junto a ellos 
para quedar diluido en el coro de los que no tienen nada que decir
o lo callan de tanto hablarse.




Salvador Dalí paseando a su oso hormiguero
1969



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