martes, 10 de septiembre de 2013

Bajo la cama un reguero de polillas extiende sus alas para que nadie las vea quien tenga miedo que tire la primera piedra. Acierto.

Cada año por abril aumentan los requisitos que nadie puede cumplir como años que se acumulan hasta formar alpacas enormes donde juegan los niños. Nadie respira a propósito.

Por fin era consciente del mundo las paredes pobladas de autorretratos alineados con la luz adecuada desde un ángulo deseado durante muchos años no quiso abrir los ojos a lo evidente. Era el momento de terminar con todo.

El pasillo es tan profundo como un pozo interminable sin ventanas interiores lo recorren las pisadas adelante siempre avanza. Si alcanzara su final no tendría más remedio que dar la vuelta. 

Proyectos verticales de balaustrada efigies gárgolas y objetivos inalcanzables. Pasa la vida en suspiros horizontales.

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